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jueves, 18 de abril de 2013
El tiempo y el pensamiento crean el miedo
¿Qué hace que surja el miedo, pues? El tiempo y el pensamiento crean el miedo ‑el tiempo como ayer, hoy y mañana-; existe el miedo de que algo podrá ocurrir mañana: la pérdida del empleo, la muerte, el hecho de que la esposa o el marido puedan dejarme, de que la enfermedad y el dolor que experimenté hace algunos días se repitan.
Ahí es donde el tiempo interviene. El tiempo, que envuelve lo que el vecino pueda decir de mí mañana, o el tiempo que hasta ahora ha encubierto algo que hice muchos años atrás. El tiempo como miedo de que no se realicen algunos deseos profundos y secretos. De manera que el tiempo forma parte del temor, el temor a la muerte que llega al final de la vida o que puede estar esperando a la vuelta de una esquina; y por eso tengo miedo. Así, el tiempo envuelve al miedo y al pensamiento. No existe el tiempo si no existe el pensamiento. El pensar en lo que ocurrió ayer, y el temer que vuelva a repetirse mañana, es lo que engendra tanto el tiempo como el miedo.
Por favor, observen esto, mírenlo ustedes mismos, no acepten ni rechacen nada, sino escuchen, descubran por si mismos la verdad de esto; no se detengan meramente en las palabras para decir si están o no están de acuerdo; sigan adelante. Para encontrar la verdad se requiere sensibilidad, pasión por descubrir, y una gran energía. Entonces descubrirán que el pensamiento engendra el miedo; el pensar en e pasado o en el futuro ‑siendo el futuro el siguiente minuto, o el siguiente día, o diez años después- el pensar acerca de ello hace de ello un acontecimiento. Y el pensar en un acontecimiento que fue placentero ayer, mantiene y da continuidad a ese placer, no importa que ese placer sea sexual, sensorio, intelectual o psicológico. El pensar acerca de ello y construir una imagen como hace la mayoría de la gente, le confiere a ese acontecimiento pasado una continuidad a través del pensar, y eso engendra más placer.
¿Qué hemos de hacer? Cuando el pensamiento se da cuenta de que no puede hacer nada con el miedo porque él crea el miedo, entonces surge el silencio; entonces hay una negación completa de cualquier movimiento que engendre temor. Y viendo que el miedo no puede ser meramente analizado y descartado, sino que siempre estará allí, la mente también ve que el análisis no es el camino. Entonces uno se pregunta: ¿cuál es el origen del temor? ¿Cómo surge?
Dijimos que es engendrado por el tiempo y el pensamiento. El pensamiento es la respuesta de la memoria, y el pensamiento crea el miedo. También dijimos que el miedo no puede cesar mediante el mero dominio o represión del pensamiento, o tratando de transmutar el pensamiento, o complaciéndonos en todas las tretas que nos jugamos a nosotros mismos. Al darse cuenta de todo este patrón sin elección alguna objetivamente, y al ver todo esto por sí mismo, el propio pensamiento dice: “estaré quieto sin control ni represión alguna”. “Estaré silencioso”.
Así el miedo llega a su fin, lo cual significa el cese del sufrimiento y la comprensión de uno mismo, el conocimiento de uno mismo. Sin este conocimiento no hay fin para el dolor y el miedo. Sólo una mente que está libre de miedo puede enfrentarse a la realidad.
Krishnamurti
viernes, 5 de abril de 2013
La Rosa como emblema
ROSA ESOTÉRICA
Había dicho Zeus a Aquiles Tacio, que si las flores todas quisieran elegir una Reina, no podría ser otra que la Rosa. Ella, es el adorno de la tierra, la divina explosión de Dios sobre las planicies silvestres, la sábana de nieve que corona los almendros en flor, el símbolo de la Primavera.
En ella, la gota de rocío se detiene y titila como una perla. La belleza de todo lo creado, en ellas tiene su síntesis y es como un mensaje de líricas ensoñaciones para las almas sutiles.
En
un tiempo remoto, fueron en primer lugar los mismos Sacerdotes quienes
edificaban sus Templos y siglos tardó, para que ellos permitieran a los
profanos ocuparse de las construcciones sagradas.
Más
tarde, se organizaron Gremios y Sociedades constructoras cuyos fines
eran también religiosos y para distinguir las Obras de cada uno de
ellos, elegían un Símbolo. Así ocurrió a los mismos Francmasones.
Todavía por Cataluña, en España, puede verse un Templo en cuyo
frontispicio aparece un Jesús de Galilea entre dos columnas B. y J.
teniendo su mano diestra en actitud de hacer un signo bien conocido de
los Aprendices de esta Institución.
De
este modo, las Sociedades de construcción, eligieron como símbolo la
Rosa y tanto se generalizó este emblema, que aún hoy, como reminiscencia
habitual del pasado, todavía hablamos de rosetas al referirnos a los
adornos de algunos edificios sin que guarden ya ninguna relación con la
Rosa simbólica en cuanto a su forma.
En
el castillo de Heidelberg, tan visitado hoy por los turistas,
encontramos sobre la puerta principal cinco Rosas y, sobre ellas, una
escuadra. También en la Catedral de Santiago de Chile, se advierte una
Cruz con siete Rosas, lo que prueba que los Sacerdotes constructores no
pertenecían a un Gremio solamente, sino que eran con toda seguridad
miembros de la Orden Rosa Cruz.
Durante las Cruzadas, se hicieron muchos Castillos en el trayecto a Tierra Santa y todos ellos tienen de común, una Rosa. ¿Fue el paso de los Caballeros Templarios? ¿Eran peregrinaciones de los Iniciados Rosa Cruz? Así, en el Convento Griego de San Jorge, por todas partes vemos Rosas esculpidas en piedra.
Herodoto cuenta, que en
Babilonia se hicieron Rosas de plata y éstas se ponían como atributo
divino y como ofrenda de amor a los Dioses.
Dice
la Mitología, que la primera Rosa salió de la espuma del mar cuando
Afrodita, al ver herido a Adonis, corre a socorrerlo. En este instante,
un blanco Rosal había brotado de entre las aguas y la misma Afrodita se
hiere con una espina tiñendo con su sangre las Rosas que, desde
entonces, su tinte de púrpura. Otra leyenda dice, que la primera Rosa
sólo tenía espinas y al poner los Dioses su néctar sagrado sobre ella,
brotó, erguida y lozana, en forma de flor.
Todavía
cuenta otra tradición, que cuando Afrodita llora la muerte de Adonis,
sus lágrimas se mezclan con la sangre de este Dios de cuya fusión brota
como una ascua la Rosa.
Libanio, hábil
Retórico griego, nacido en Antioquía, logra en una de sus Leyendas que
Afrodita triunfe como Reina de la Belleza, sólo porque llevaba una
corona de Rosas.
Fue así. Tres Diosas en
Ida, se disputaban el premio de la Belleza. Dos de las contrincantes,
Atena y Here, exigían que Afrodita abandonara su cinturón, pues tan sólo
con ese hechizo llevaba una acentuada ventaja y podía obtener el
triunfo.
Tras prolongadas discusiones, se
priva a Afrodita de su mágico cinturón y se le permite adornarse con
las flores que ella misma quisiera elegir para compensar esta
prohibición. Entonces, se baña Afrodita y queda sorprendida al ver que
su mismo cinturón, del que iba a despojarse, se había transformado en
Rosas.
Era París el Juez que había de dictar el fallo.
Al
entrar en Ida, Afrodita, todos quedaron estupefactos… Las mismas Diosas
contrincantes, ya no esperaron el fallo de París, sino que se postraron
espontáneamente ante ella declarándola más bella que ninguna, gracias a
sus adornos de Rosas.
Lo que fueron las
Rosas para Afrodita como Diosa Femenina de la Belleza, lo fueron también
para Dionysos, el principio masculino como Dios, que conquista un
triunfo semejante gracias a una corona de Rosas que llevaba como
vencedor, como Dithyrambos . He aquí por qué vemos a Baco siempre
coronado de Rosas.
Es bien curioso este
mito de Dithyrambos y Baco y en nuestro libro "BIORITMO" se olvidó
mencionarlo. Baco nació dos veces. Una del seno de Sémele y otra del
muslo de Júpiter. En los bailes en honor de Dionysos y del Amor se
guardaba marcadamente un ritmo de 23 y 28 compases. En su principio,
conocieron pues el ritmo los Griegos.
El Ditirambo pasó más tarde a hacer un papel principal en la poesía, dándole una expresión elogiosa, que luego fue desacreditada en Atenas.
En el Museo de Cambridge, hay una estatua de Deméter que se encontró en Eleusis y lleva una canasta de Rosas. Deméter, como hija de Saturno y de Júpiter, es la Diosa griega de la Agricultura y ella sola puede repartir sus mieses con una canasta de Rosas.
Cosmos, también recibe una corona de Rosas de las Ningas, a quienes fueron dedicadas.
Anacreonte,
quien se encarga de hacer una Poesía en honor de las Rosas, pregunta:
¿Qué puede haber sin Rosas? Las Rosas formaban parte de la vida divina y
de la profana en Grecia.
Es, así mismo,
curioso, que en Méjico Moctezuma declare que cumple un deber por encargo
de sus antepasados, de cultivar las Rosas y por esta causa las mandó
traer de todos los lugares aun de los más apartados de su País. Parece
que las mejores y de más grato perfume, fueron aportadas por un pueblo
extraño y lejano donde ya le rendían culto divino. Estos fueron los
Mayas.
Solo Roma, la guerrera, olvidó durante siglos las Rosas y adornó a sus héroes y vencedores con otras flores. Los Mirtos.
Platón
cuenta que a los niños aplicados y cuidadosos, se les debía obsequiar
con coronas de Rosas, pues así lo habían hecho con anterioridad los
Egipcios.
Posteriormente, volvemos a
encontrar de nuevo las Rosas en Roma. Cicerón narra, que cuando le
quisieron colocar a Escipión el Africano la corona de Rosas, como máximo
premio a sus hazañas, ésta se rompió provocando la risa en los romanos.
Pero Licinio exclamó: No hay que reír. La Cabeza de Escipión es
demasiado importante y venerable y se rompen hasta las Rosas.
Con la intromisión del Cristianismo, volvieron las Rosas a florecer como emblemas y celebraron su justo triunfo en la Ciudad eterna.
Con la intromisión del Cristianismo, volvieron las Rosas a florecer como emblemas y celebraron su justo triunfo en la Ciudad eterna.
Plinio nos dice que en su tiempo, se traían cargamentos de Rosas de España, Milán y Alejandría para exornar las mesas.
Se
tienen noticias que en Venecia, para hacer más fantásticas las salidas
de los personajes y de los potentados en sus góndolas, se tiraban
millones de Rosas al mar por la ruta que habían de llevar las naves.
El mismo Cristianismo, con María, tomó de nuevo la Rosa como símbolo.
La
Rosa mohosa, planta pequeña de la familia de los hongos, se formó
cuando algunas gotas de sangre del Redentor cayeron sobre el musgo que
crecía bajo la Cruz del Gólgota.
Para los
primeros Cristianos, la Rosa blanca es el resultado de las lágrimas de
la Magdalena que con su llanto, lava la Rosa púrpura y ésta se pone
blanca.
En la vida de Santa Isabel de Hungría, las Rosas figuran a cada instante.
Luis,
el Piadoso, perdió una Cruz que era una reliquia y cuenta la leyenda
que hasta en sus oraciones pedía que le fuera devuelta. Uno de sus
criados la encontró colgada de un rosal floreciente y esto sucedía en
pleno Invierno cuando más azotaba la nieve.
La
Rosa fue declarada santa por uno de los Papas y desde entonces, el Papa
bendice. Una rosa de Oro con que obsequia a las Iglesias que, según él,
se distinguen en el culto.
El Rosario que usan los Católicos, debe ser hecho de palo de Rosas y de Rositas pequeñas.
Tácito también nos cuenta, que ningún pueblo de la Tierra veneraba tanto la Rosa como los antiguos alemanes que se adornaban con Rosas el 24 de junio y a cuya fiesta le llamaban La fiesta de la Rosa.
El Cristianismo, con justicia, dedicó ese día a San Juan…
Si transgredimos a la vieja literatura como si nos estacionamos en la moderna para buscar el origen de la palabra ROSA-CRUZ, tropezamos siempre con que los autores la fundamentan en ese seudónimo de Cristián Rosenkreuz.
Hasta algunas Sociedades Secretas que usurpan el título de ROSA-CRUZ, ven en ese seudónimo un nombre cualquiera como el de Juan Sánchez. Hasta Leadbeater cae en ese mismo error y ello prueba que no han dado todavía con un verdadero Iniciado Rosa Cruz. No es esta alusión en cuanto a Leadbeater que me consta ha recibido LUZ INICIATICA en la India.
Vamos
a dar una explicación oculta. Ros, en Latín, quiere decir ROCIO y el
Rocío es algo muy importante en su sustancia íntima, para el Alquimista,
y, sobre todo, en su aplicación con el Arcano de la ROSA.
Un
hecho, sin género de dudas, que la palabra ROSA-CRUZ es de origen
Alemán, es que los Alquimistas Alemanes usaban constantemente el Rocío y
lo cruzaban y mezclaban con otras sustancias para hacer la
transmutación del oro…
Ahora, el Rocío en
Alemán, se llama TAU y el Alemán es una de las Lenguas Arcaicas. TAU en
Griego, es la Cruz. Así que se ha dicho y se puede seguir diciendo,
como lo expresan las Obras Herméticas, que los ROSA-CRUZ eran los
manipuladores del ROCIO que tanto como Rocío y Cruz se unen en la
palabra TAU.
Observa, Discípulo, esta
Clave: Dos son uno y uno es nada… Porque el Rocío, después de haber
dejado al Alquimista, su esencia y su fuerza, se va, se hace nada…
ARNOLD KRUMM-HELLER
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